México es un exportador de tabaco fino y oscuro curado al aire, pero también es
un importador de tabaco curado al calor, oriental y de tabaco oscuro curado al aire,
para abastecer el mercado nacional de cigarros (con y sin filtro) y de puros.
A partir de la firma del Tratado del Libre Comercio de América del Norte con
Estados Unidos de América y Canadá, el tabaco y los productos de tabaco norteamericanos y canadienses se importarán a México con una reducción de 50% en las tarifas,
las que, eventualmente, llegarán a cero.
La producción de tabaco, por si misma, es una actividad que potencialmente
genera daños sociales, tanto a los productores como a la población consumidora del
tabaco procesado, ya que para incrementar la productividad y calidad de los cultivos se
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ha agregado el uso de plaguicidas organofosforados (OF) y carbámicos (Cb); a ello se le
suma que las condiciones de trabajo y vida en los campos tabacaleros no son las
mejores; por ejemplo, 90% de los jornaleros indígenas cocinan sus alimentos a ras del
piso, sólo 57% consigue agua purificada para beber, 31% no tiene agua limpia para
lavarse las manos, 38% carece permanentemente de jabón, 23% usa agua del río o de
canales, con lo que la exposición ambiental a los plaguicidas aumenta y 98% no cuenta
con letrinas para defecar. La producción de tabaco tiene condiciones de trabajo
extenuantes; un ciclo agrícola requiere cerca de 150 jornales por hectárea, y el trabajo
de corte y arreglo se ha convertido en una actividad familiaEl mercado creado para el consumo de tabaco en México tiene sus antecedentes
hacia finales del siglo XIX con la generación y expansión de fábricas de forja de
cigarros, básicamente familiares; tan sólo en 1900 se contabilizaban 743 fábricas de
producción de cigarros. Desde la década de los noventa, y bajo un esquema de monopolización, la industria tabacalera mexicana se caracteriza como un duopolio.
Los mecanismos de control de mercado que son propios de la industria tabacalera mexicana tienen su antecedente primario en ese patrón monopólico, que le
permite establecer el control de precios en las diversas marcas de cigarros y en lascosechas de tabaco, desarrollar estrategias de comercialización que les permita, además
de ganancias en tiempo real por la venta del producto, generar grupos de consumidores
que permitan, en el futuro, la reproducción de la industria y, en algún momento,
influir en los mecanismos regulatorios de comercialización.
Para 1997, la industria mexicana cedió el control accionario a dos de las empresas más importantes en la producción de cigarros en el mundo: Phillip Morris y British
American Tobacco pasando, de ser industria nacional, a subsidiaria de esas dos grandes
industrias. Los beneficios de la adquisición de la industria tabacalera mexicana por esas
grandes empresas transnacionales se tradujeron en la adquisición de un mercado
establecido de consumidores, que les garantiza la venta del producto y la adquisición
de una nueva plataforma de comercialización del tabaco fuera de las presiones arancelarias, restrictivas y sociales de sus países de origen.
El conocimiento de la composición exacta del humo del tabaco continúa siendo un enigma para los investigadores. Se cree que existen cerca de 4.000 sustancias, en el momento actual no ha podido ser elaborada la relación completa de componentes originarios en la planta y los que se forman y transforman en el proceso de la combustión durante el acto de fumar.
Al menos 4 son cancerígenas.
Amoniaco: Componente de productos de limpieza
Arsénico: Veneno contenido en raticidas
Butano: Combustible doméstico
Cianuro: Empleado en la cámara de gas
Formaldehído: Conservante
Metano: Combustible utilizado en cohetes espaciales
Cadmio: Presente en baterías
Monóxido de carbono: Presente en los humos de escape de los coches
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